Un Ejemplo A Seguir
¿Cuál fue el año más significativo de mi niñez? Me he hecho esta pregunta algunas veces, la verdad no sé por qué. El año de mi cumpleaños número 12 sobresale cada vez. Siempre tuve fiestas de cumpleaños elaboradas y me gustaría pensar que la gran parte de mi niñez fue muy feliz, pero por alguna razón mi edad de los doce años siempre ha sido muy importante para mí. ¿Por qué ese año en especial? ¿Por qué fue más especial que los otros? Recientemente confirmé que el año 1984 fue el año que mi primo Jorge, a quien siempre admiré en mi niñez, se enfermó de una enfermedad grave. Jorge me lleva cinco años de edad, y su hermana Claudia era mi mejor amiga de niñez y compañera de juegos. Siempre hicimos muchas cosas juntas, íbamos a fiestas, diferentes eventos sociales, y mi primo Jorge, su hermano, frecuentemente nos llevaba a todos estos eventos y fiestas. Siempre sentí un orgullo especial al decir que era prima de Jorge.
Jorge, enfrente y en medio
Tres meses antes de que cumpliera 18 años, Jorge contrajo un virus de seriedad. El diagnóstico fue Guillain-Barré. Un síndrome que ataca el sistema de autoinmunidad que resulta en daños del sistema nervioso irreversible.
Recuerdo el día que mi mamá y yo visitamos a Jorge en el hospital en México. Él solo tenía diecisiete años. El muchacho alto y guapo que yo tanto admiraba, se veía tan impotente y enfermo en esa cama de hospital. A mi corta edad de doce años, esa imagen fue muy difícil para mí, la cual nunca podré borrar de mi mente. Aún recuerdo cómo iba vestida, y los pasillos fríos del hospital al salir de regreso a casa.
Después de muchos días y noches en el hospital, mi primo solo seguía empeorando. Mis tíos tomaron la decisión de transportarlo a un hospital en Estados Unidos, donde pasaría meses luchando por su vida, entubado, perdiendo peso, y con complicación tras complicación. Afortunadamente, en la primavera pudo ser dado de alta y regresar a su hogar. El joven de diecisiete años, fuerte, lleno de energía y despreocupado que fue admitido en un hospital un día en septiembre del año 1984, tenía ahora 18 años y estaba paralizado, delgado, débil y dependiente. Mi primo nunca pudo volver a recobrar movimiento en sus piernas. Por meses después de su regreso a casa, mis tíos y las personas que lo asistían, tuvieron que ayudarlo a alimentarse, moverse y con cualquier otra cosa que necesitara. Eventualmente, después de meses y años de terapia física, él pudo recobrar movimiento en sus manos y con el tiempo el movimiento en sus brazos.
Pero, ¿por qué estoy escribiendo acerca de él? Simplemente, porque es una persona extraordinaria y un ser humano admirable. Jorge recibió sus retos con dignidad y valentía. El año que salió del hospital, vio a sus amigos de preparatoria graduarse, y aunque él presenció eso desde una silla de rueda, aún se alegró por ellos. Jorge trabajó arduamente para recobrar su fortaleza y recuperarse y continuó con su vida, poniéndose nuevos retos y metas.
Los primeros años después de su salida del hospital fueron años difíciles y de prueba para él y su familia. Mi tía, la hermana de mi mamá, dedicó su vida a ayudarlo en cualquier forma posible, lo hizo su misión de vida. Ella se convirtió en su ángel guardián, los dos eran inseparables. Mi tía abogó por él constantemente, y pasó cada día buscando nuevos tratamientos y doctores que lo pudieran ayudar en su recuperación. No había nada que impidiera su búsqueda.
Después de unos años, Jorge se puso de novio con una muchacha muy linda de nombre Mary con la cual se casaría más adelante. Nunca olvidaré el momento en que mi primo, vestido elegantemente con un tuxedo, entró a la iglesia en su silla de ruedas a contraer matrimonio. Fue un día muy especial para toda la familia. La vida que casi vimos desvanecer, estaba ahora empezando un nuevo capítulo en su vida. Una vida de amor, aceptación y milagros. Mary y Jorge fueron bendecidos con dos hijos, con un gran parecido a él. El hijo mayor es ya una persona adulta y el menor un adolescente.
A pesar de sus limitaciones físicas, mi primo Jorge aprendió a manejar un carro adaptado, empezó su propio negocio, el cual administra con su esposa y continúa viviendo una vida plena y productiva.
Hace tres años, visité a mi hermano en un hospital en México ya que se encontraba enfermo de gravedad. Jorge fue una de las primeras personas que acudieron al hospital a preguntar cómo seguía mi hermano y a visitar a mis papás, siempre ofreciendo apoyo. Jorge tiene el don de sonreírle a la vida, aún en medio de la adversidad. Puedo decir con sinceridad que no ha habido un día que no haya visto a Jorge sonreír. Me imagino que tendrá sus días de retos, es también humano, pero la actitud que le muestra a todos aquellos que él ama y aprecia, es una actitud de valentía y determinación.
Jorge me ha enseñado mucho acerca de la vida, y sé también que muchas otras personas se han beneficiado de la manera en que afrenta la vida. Sus limitaciones físicas nunca le han sido impedimento para su felicidad y positivismo, sin embargo, esas mismas limitaciones han sido la fuerza que lo ha llevado a vivir la vida de la manera que lo hace.
Su libro tiene muchos capítulos. Muchos de esos capítulos tienen historias de grandes retos, pero cada capítulo está también lleno de alegría, fortaleza y valentía. Gracias Jorge, por ser mi ejemplo de vida, por ser NUESTRO ejemplo, y enseñarnos a valorar la vida un poco más por la manera en que tú vives la tuya. Siempre estaré agradecida. ♥