Siguiendo con mi propósito de establecer logros personales cada mes, tenia planeado viajar a algún sitio este mes de febrero.  Tenía algunas ideas, alguna ciudad no muy lejana, pero atractiva y por un fin de semana.  Unos días donde pudiera relajarme y estar solo con mi compañia.  Ese plan tuvo que cambiar un poco repentinamente porque mi hija mayor tuvo que viajar a casa en Chicago desde Nueva York para ir a una cita con el doctor y hacer otras cosas.  A veces las prioridades tienen que ajustarse, y en este caso mi viaje se convirtio en el viaje de mi hija, pero fueron unos dias muy hermosos y super disfrutados.  Nada me hace más feliz que tener a todos bajo el mismo techo.

Mi hija mayor Michelle, cumplió 21 años en enero y como estaba en la escuela en Nueva York no pudimos celebrar en familia, así que este viaje repentino nos dió la oportunidad de festejar este cumpleaños tan importante y darle una bienvenida oficialmente a su mayoría de edad.  Michelle escogió un restaurante Italiano en Chicago que se llama “La Pizza & La Pasta”, el cual este dentro de un edificio con muchos otros restaurantes y atracciones italianas, un lugar hermoso la verdad.  Salimos el sábado por la noche de los suburbios de Chicago con una lluvia torrencial, una neblina increíble y un tráfico que ni se diga, pero por fortuna pudimos llegar a tiempo y sin ningún contratiempo.  Stan hasta encontró estacionamiento gratis enfrente del restaurante, y para aquellos que no conocen Chicago, es un gran decir! 😁

Desde principios de enero he estado comiendo pura comida sin gluten para ayudarme con mis migrañas.  Cuando mi hija escogió un restaurante Italiano para ir a comer, no sabia en realidad que iba a poder comer ahí ya que es un lugar de panes y pastas, pero afortunadamente tenían bastantes opciones para personas con intolerancia al gluten.  A pesar de que el pan con aceite de oliva que pusieron en la mesa para comer antes de que nuestra cena llegara se veia delicioso, resistí la tentación de comer.  No vale la pena arriesgar un dolor de migraña por un pedazo de pan, por mas delicioso que se vea. 😊 De las opciones sin gluten, yo pedí la pasta Tagliatelle que es una pasta con una salsa de tomate y carne de res desmenuzada.  Estaba deliciosa y me quito el antojo de pasta.  Nos la pasamos muy bien, comiendo comida muy rica, tomando vino delicioso y lo más importante es que Michelle disfruto al máximo su cena de cumpleaños.  Terminarmos la cena en un lugar de nieve estilo italiana en la planta baja del restarante, yo comí nieve de avellane que estaba deliciosa.

Chicago tuvo unos vientos impresionantes todo el día el domingo y ese es el día que Michelle se regresaba a la escuela.  Siendo tan nerviosa como soy para viajar en avión, todo el día estuve un poco ansiosa de pensar como estaría su vuelo.  Michelle no quiso cambiar su vuelo para el siguiente día porque si hacía eso perdería su primer clase del día, así que salió a Nueva York el domingo en la noche.  Durante toda la duración del vuelo, estuve checando cada minute para asegurarme que todo iba bien.  Al aterrizar en Nueva York, Michelle me mando un mensaje inmediatemante para decirnos que ya había aterrizado y nos comentó que nunca había experimentado tanta turbulencia al viajar.  La señora que venía sentada enseguida de ella, hasta tuvo un ataque de ansiedad.  Creo que si yo hubiera ido en ese vuelo, me hubiera pasado lo mismo, ay!!!  Gracias a Dios que llego sana y salva y el susto se le paso en cuando aterrizo el avión.  Otra experiencia para contar.

Terminarmos el fin de semana completamente agradecidos por nuestros momentos juntos, por la visita de mi hija mayor, la cual fué bastante bien aprovechada y por haber llegado a su destino de regreso a la escuela con Felicidad.  Ahora toca contar los días y esperar su próxima visita. ❤